MO 2016-01/ Salud Pública: Retinoblastoma, la llegada al biomarcador CRX
El descubrimiento fue uno de los eventos científicos más destacados de 2015, ya que permite un abordaje más preciso de los tratamientos para pacientes de alto riesgo con este tipo de cáncer ocular –el más frecuente en la infancia-. La investigación es producto de la convergencia profesional del Hospital Garrahan, CONICET y la Universidad de Quilmes, y el avance ya se replica en otros países.
Este artículo se publicó originalmente en Revista MO 2016-01. Más información sobre Revista MO en este enlace.
Artículo
Al equipo de médicos de diversas especialidades, biólogos y bioquímicos le tomó siete años de investigación hallar el modo de detectar mínimas cantidades de células tumorales de retinoblastoma diseminadas en sitios blanco de metástasis como la médula ósea o el sistema nervioso central. Junto a la Dra. Ana V. Torbidoni, del Servicio de Hematología-Oncología del Hospital Garrahan e investigadora asistente del CONICET, repasamos el proceso de este hallazgo argentino.
1- Una búsqueda, un antecedente
“Los pacientes con retinoblastoma diseminado rara vez logran curarse: fue lo que motivó esta investigación”, apunta Torbidoni. Adelantarse a la metástasis era un desafío que permitiría cambiar el abordaje de la enfermedad. Actualmente, el rastreo de biomarcadores moleculares es una práctica frecuente y fue el neuroblastoma -un tumor que comparte similitudes con el retinoblastoma- el antecedente que incentivó el camino a tomar pues ya había arribado a su propio marcador tumor específico.
2- El biomarcador CRX
CRX es el nombre de la proteína con caja homeo de conos y bastones (cone-rod homeobox transcription factor, en inglés) típica de las células que originan el tumor en la retina. Las células que componen el tumor conservan la expresión de esta proteína. “Ningún otro tejido normal de nuestro cuerpo debería expresarla. Si se la detecta en la médula ósea o en el líquido cefalorraquídeo de un paciente, indica que hay células del retinoblastoma diseminadas en estos sitios”, comenta la investigadora y aclara que previamente habían estudiado otro marcador que no dio el resultado esperado.
3- Detección temprana
La clave del hallazgo es que el CRX permite detectar mínimas cantidades de células tumorales (1 en 1.000.000) por fuera del ojo. “En el caso del líquido cefalorraquídeo, la diseminación reviste una gran complicación a la hora del tratamiento, ya que las terapias que deben suministrarse son de elevada toxicidad y deben poseer capacidad de penetración en el sistema nervioso. Al detectar la invasión en forma temprana, podremos diseñar metodologías de tratamiento más dirigidas para abordarlas según el caso”, explica la especialista. Los casos de detección temprana tienen altas probabilidades de cura.
4- El método
En el ámbito nacional, cuando los resultados de las metodologías que se suelen utilizar (inmunocitologia contra el gangliosido GD2 –incrementado en las células tumorales-) no son contundentes, se cotejan por medio de la metodología de detección aprobada por el Garrahan. Sin embargo, está en los planes incorporar la detección de CRX a la práctica clínica: “esto implicaría que a las diferentes muestras se les realice la evaluación de CRX y se tomen decisiones médicas con estos datos, algo que en este momento aún está en fase de evaluación”, sostiene la investigadora. Este paso ya está dado en algunos lugares del mundo: España en el Hospital Sant Joan de Deu, asociado al Hospital Garrahan, y en México, “entre otros países en los cuales nuestro desarrollo ya fue incorporado a la clínica para la evaluación de la diseminación mínima en casos de retinoblastoma de alto riesgo”.
5- El hospital Garrahan
Recibe el 80% de los casos de retinoblastoma del país. Los pacientes son evaluados por los oftalmólogos y oncólogos, quienes solicitan el estudio que permite la detección del CRX: “sólo necesario en pacientes de alto riesgo, ya que en la mayoría de los niños, el riesgo de diseminación es muy bajo y no se justifica su realización”, indicó Torbidoni.
Recursos
-JAMA Ophthalmology: JAMA publicó el trabajo realizado por el equipo de investigadores argentinos: "Association of Cone-Rod Homeobox Transcription Factor Messenger RNA With Pediatric Metastatic Retinoblastoma". El paper está disponible para abonados a la publicación: http://archopht.jamanetwork.com/journal.aspx
-Garrahan, CONICET y UNQ: Esta convergencia existe desde hace muchos años, en particular con el laboratorio de Oncología Molecular de la UNQ, liderado por los doctores Daniel Alonso y Daniel Gómez. Esta interacción se originó a partir de un subsidio PAE otorgado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Este "efecto fundador" dio pie a varios desarrollos y a la incorporación de becarios postdoctorales que luego ingresaron a la carrera de investigador científico de CONICET, lo que permite llevar a cabo investigaciones en el laboratorio que pueden, en un futuro, ser implementadas en la práctica clínica.
Grupo de trabajo retinoblastoma
Este artículo se publicó originalmente en Revista MO 2016-01. Más información sobre Revista MO en este enlace.