Condolencias por el fallecimiento del Dr. Alberto Zambrano
El Consejo Argentino de Oftalmología comunica con profundo pesar el fallecimiento del Dr. Alberto Zambrano.
El Dr. Zambrano fue un referente de la oftalmología argentina, reconocido por su trayectoria en cirugía vítreo-retinal y por su compromiso con la formación de nuevas generaciones de especialistas. A lo largo de su carrera se destacó por su trabajo clínico-quirúrgico y por su impulso a la investigación y la docencia en el país. Fue fundador de la Fundación Zambrano, institución dedicada a la asistencia, la capacitación y la innovación en nuestra especialidad médica.
Durante su vida profesional, participó activamente en actividades académicas y societarias: fue miembro fundador de la Sociedad Argentina de Retina y Vítreo (SARyV) en el año 2005 y presidente en el bienio 2010-2011. También fue integrante de la Comisión Directiva del Consejo Argentino de Oftalmología en el bienio 1986-1988.
Según relató el Dr. Zambrano hace unos días en una nota para Revista MO, "integré el primer grupo de residentes de Oftalmología en Argentina, junto con Argento, Badía, y Nícoli. Tuve un gran maestro, Dr. Eduardo Manes, que era el número uno de los especialistas de retina, y necesitaba un ayudante, porque el suyo se había ido a operar a África, entonces se me dio que, en vez de empezar a operar cataratas, empecé con retina. Me entusiasmé, y así empezó todo".
Durante la reciente edición 2025 del Congreso Nacional de Oftalmología, el Dr. Zambrano recibió la designación como Miembro Honorario del CAO.
El legado del Dr. Zambrano perdurará en sus pacientes, en sus colegas y en los profesionales formados bajo su influencia. Su vocación y dedicación dejaron una huella profunda en la nuestra comunidad oftalmológica.
El Consejo Argentino de Oftalmología lamenta profundamente su partida y acompaña con sincero afecto a su familia, amigos y colegas en este doloroso momento.
"Alberto Zambrano in memoriam", por Dr. Omar López Mato
Hoy nos toca despedir a otro colega que supo brillar con propio fulgor.
Hoy despedimos a Alberto Zambrano, un profesional de fuste, un especialista de consulta, un docente de alma, un colega y amigo digno del mayor respeto no sólo por su condición de retinólogo, sino como persona que no temía dar sus opiniones y también afrontar las paradojas de la adversidad.
Aún recuerdo esos debates en los heroicos tiempos cuando la cirugía de retina se revolucionaba con las nuevas técnicas.
Sí era un caso para una neumorretinopexia, si era un caso para explante o para un balón de Lincoff, si era mejor hacer una vitrectomía con aceite con gas...
Y ahí aparecía Alberto, con ese vozarrón y su acento típicamente porteño, con ese levísimo balbuceo inicial que denunciaba su barrio, sin necesidad de recurrir al profesor Higgins, ese personaje de "Pigmalión", de Bernard Shaw, que podía distinguir por su acento el lugar de nacimiento de un ciudadano de Londres con una precisión de pocas cuadras...
Hombre de opiniones formadas, era también de gustos definidos: el río, la pesca, los lagos del sur eran su refugio, y allí lo alcanzó la muerte cuando aún tenía mucho para ofrecer y mucho para disfrutar.
Como decía antes, Alberto se convirtió para muchos de nosotros en un ejemplo de resiliencia.
Fue un maestro sin par que abría sus conocimientos sin límites a todos aquellos que abrevaban de su generosa sabiduría.
Después de que las lágrimas se sequen y los adiós se hayan dicho, sólo nos quedará el recuerdo de una vida plena, de esa sonrisa franca, de sus expresiones pintorescas y la inspiración de un luchador que nunca bajó los brazos.
Que el camino se levante a tu encuentro,
Que el viento siempre esté a tu espalda,
Que el sol brille cálido sobre tu rostro,
Y la lluvia caiga suave sobre tus campos.
Este no es un adiós, porque Alberto nos has dejado lo más importante que un hombre puede donar a la posteridad, el recuerdo del ejemplo.