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Revista MO 2024.01: "Campaña de Glaucoma: asistir, educar, persistir"

En 1997, el vicepresidente del Consejo Argentino de Oftalmología, doctor Ricardo Dodds, impulsó la organización de la Primera Campaña Nacional de Detección del Glaucoma para fomentar la detección temprana y tratamiento oportuno de esta enfermedad considerada la principal causa de ceguera irreversible en el mundo. Esta iniciativa gratuita y solidaria fue pronto acompañada por la Asociación Argentina de Glaucoma (AsAG) y la Fundación para la Investigación del Glaucoma (FIG).

Esta nota pertenece a la última edición de la Revista MO, publicada en abril de 2024. Para leerla completa, ingrese en www.issuu.com/caoarg
Hasta 2019 inclusive, la oftalmología argentina se unió anualmente a esta causa, demostrando un gran compromiso con la salud ocular de la población. Luego de tres años de su interrupción obligada debido a la pandemia por COVID 19, en abril de 2023 se hizo una nueva jornada en la que se atendieron 4520 pacientes: el 40 % nunca se había realizado un control de presión ocular y el 10 % tenía glaucoma, según el relevamiento realizado por el CAO.
 
El pasado 15 de marzo, en el contexto de la Semana Mundial del Glaucoma, se desarrolló la 24° edición de la Campaña Nacional de Detección de Glaucoma, dirigida por los doctores Daniel Grigera, María Angélica Moussalli, Alejo Peyret y Javier Casiraghi. En total, hubo 120 sedes distribuidas por todo el país, donde decenas de médicos oftalmólogos atendieron gratuitamente a más de 3000 pacientes, según los datos enviados hasta el cierre de esta edición.
“Gracias a estas campañas, logramos bajar el desconocimiento sobre el glaucoma del 50 % al 40 %, o sea, ganamos un 10 % de detección de la enfermedad y menos personas quedarán ciegas en el futuro por glaucoma”, concluye la doctora Moussalli.
 
A fines de marzo, el Consejo Argentino de Oftalmología lanzó la web www.oftalmologos.org.ar/pacientes desarrollada especialmente para compartir información redactada y chequeada por subespecialistas destacados sobre distintas patologíase informar las acciones solidarias que lleva adelante la comunidad oftalmológica en pos de la salud visual de la población.
 

Factores De Riesgo

Además de las variables ya conocidas —ser mayor de 40 años, tener familiares directos que padecen glaucoma, el uso de corticoides (en cualquier formato) y los traumatismos oculares—, el doctor Javier Casiraghi agrega que “todas las patologías que afectan el sistema circulatorio son un factor de riesgo, no producen glaucoma pero hacen al ojo más susceptible a desarrollar glaucoma o a tener más daño y más precozmente. También son factores de riesgo la etnia, las corneas delgadas y la miopía”.
 

Glaucoma, enemigo silencioso

El glaucoma es la enfermedad neurodegenerativa que más afecta a la población mundial. Los datos sobre su prevalencia indican que afecta a un 2,5 % de la población, más del doble que el alzhéimer (un 1,1 %), y su incidencia se eleva hasta un 3,5 %  cuando hablamos de personas de entre 40 y 80 años. Se estima que para 2040, 111.8 millones de personas padecerán esta enfermedad.
 
“El glaucoma es una enfermedad silenciosa que no se puede prevenir. En la mayoría de los casos, el paciente no experimenta ninguna molestia ni síntoma hasta que se produce una pérdida visual permanente e irreversible por eso es fundamental trabajar en la concientización de la importancia de los controles oftalmológicos anuales de todos los pacientes, principalmente a partir de los 40 años, edad en la que aumentan las posibilidades de desarrollar glaucoma. De esta manera, podremos lograr una detección temprana y su tratamiento precoz para evitar la ceguera irreversible o alteraciones visuales importantes”, introduce la especialista Celina Logioco, actual presidenta de la Asociación Argentina de Glaucoma (ASAG). 
 
Según la especialista, en esta cruzada, es fundamental que en las consultas de rutina todos los oftalmólogos controlen el nervio óptico, tomen la presión ocular y realicen una gonioscopía a sus pacientes. “En caso de encontrar un paciente con daño glaucomatoso, podrán solicitar estudios complementarios o bien, derivarlo a un glaucomatólogo que le dé seguimiento”, sugiere Logioco.  
 
También sostiene que las opciones para el abordaje y tratamiento de esta patología evolucionaron mucho en los últimos 20 años y que hoy existe un amplio abanico de posibilidades —tópicos, quirúrgicos, láseres y cirugías mínimamente invasivas— para ofrecerle a los pacientes. Como línea general, remarca que “hay ciertos paradigmas que cambiaron y es fundamental tratar más tempranamente a los pacientes. Ser más activos y operarlos antes, no dejarlos deteriorarse.  No agregar una gota y otra gota y cinco mil gotas porque se sabe que estas alteran toda la conjuntiva y si ese paciente llega, por ejemplo, con muchísimo daño a otro rango de edad donde hay que hacer una cirugía filtrante, el médico no va a tener conjuntiva sana para poder operar”, describe la titular de ASAG. 
 
“Los pacientes con glaucoma son todo un desafío porque hay que diseñar un tratamiento a medida, contemplando su estilo de vida, su rutina, sus costumbres, si viven solos o acompañados, si tienen enfermedades sistémicas concomitantes. Hay personas, por ejemplo, que tienen artritis reumatoidea y no pueden ni siquiera ponerse las gotas. Cada tratamiento de glaucoma que nosotros instauremos tiene que estar pensado individualmente porque es muy importante que los pacientes entiendan que tienen una enfermedad crónica que los puede llegar a dejar con una visión invalidante y que tengan total adherencia al tratamiento. Si nosotros le indicamos un procedimiento que no va a poder acatar, por supuesto que no vamos a tener ningún resultado”, remarca Logioco. 
 
Conocer el perfil del paciente permitirá además sugerirle la adopción de hábitos saludables que colaboran con el tratamiento, principalmente, en los casos de glaucoma inicial: “mantener un peso saludable para evitar las apneas del sueño que alteran a nivel del nervio óptico, dejar de fumar por la vasoconstricción y las alteraciones vasculares que eso genera, consumir poca cafeína, llevar una dieta rica en antioxidantes e intentar dormir con la cabeza más elevada que el nivel del corazón para evitar que aumente la presión epiescleral que es donde drena el humor acuoso por la vía convencional”, enumera Logioco.
 
Según cuenta la especialista, existen también trabajos científicos que muestran que la meditación mejora la curva de presión tensional durante el día, y cómo la vitamina B3 y otros suplementos dietarios ayudan a la neuroprotección. 
 
“Más de la mitad de los pacientes no acatan el tratamiento exactamente como lo tienen que hacer, por eso es fundamental que pensemos qué es lo mejor para que el procedimiento escogido encaje en la vida de cada paciente y dé resultados”, concluye Logioco.
 

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