"De Jorge Bar", por el Dr. Omar López Mato

De Jorge Bar se pueden decir muchas cosas, que fue un gran profesional, un buen clínico, un excelente docente, un individuo notable pero si debo resumir su semblanza, solo diré que fue una persona honesta.

La honestidad es una virtud destacable en un mundo marcado por intereses económicos,por “fiducias”, por la codicia. Jorge fue honesto como amigo, como profesional, como hombre de familia.  No se dejó subrogar por las luces de artificio, por los cantos de sirena que aseguran el hundimiento en las procelosas aguas de la ambición.

Justamente por su honestidad,Jorge Bar fue hombre de consulta, el maestro al que acudimos en busca de su palabra, de un consejo. Tenía la sabiduría de los humildes, de los hombres quienes a pesar de sus extensos conocimientos están más atentos a su ignorancia.

En mis años de residencia lo ayudé varias veces a operar. En las cirugías de retina llegábamos siempre al momento inexorable en que las dudaste asaltan“¿Punzo o no punzo?” preguntaban con la misma cavilación intelectual del príncipe de Dinamarca. Era la duda que lo condujo siempre a la honestidad, la duda que necesariamente debemos hacernos para ejercer nuestra capacidad de elección. Solo dudan los sabios...

Tuve el honor de asistirlo cuando Jorge colocó el primer lente intraocular en el Instituto Lagleyze. La siguiente semana me ayudó a mí a colocar el segundo. Eran tiempos nuevos en los que el desconocimiento y la falta de consensos nos equiparaban con personas experimentadas. Después llegaron muchas cosas que borraron esa línea de la experiencia, pero la línea que jamás se diluye es la honestidad. Desde ese faro Jorge nos iluminó. Como la estrella que se apaga marcando el fin de Sabbath, la luz de Jorge se fue desdibujando en el horizonte de nuestras vidas hasta que dejo de brillar, aunque no por eso desapareció, porque su ejemplo y su nombre seguirán alumbrando el camino de todos los que lo conocimos. Las velas del Shiva seguirán encendidas en nuestros corazones y las muchas piedras sobre su tumba señalarán que su alma sigue entre nosotros y  lo único que se ha ido es sucuerpo efímero que claudicó en este mundo.

Jorge Bar por fin descansa en Paz.

 

 

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