MO 2020.03: "Seguridad sanitaria y económica, claves para el regreso a la consulta"
El regreso a la actividad en convivencia con la pandemia por la COVID-19 exige a los oftalmólogos la implementación de nuevas prácticas y medidas de bioseguridad que parecen haber llegado para quedarse.
Esta nota se publicó originalmente en MO 2020.03 (septiembre 2020). Para acceder al resto de las notas de esta revista, ingrese aquí.
Además de una necesaria adaptación, estos cambios generan nuevos costos y mermas en los ingresos, acentuando el desfasaje ya presente con los valores de la atención médica oftalmológica. “Tenemos menor cantidad de pacientes y mayores costos, la situación económica financiera es más crítica. Por otra parte, no hay una actualización de los honorarios correspondientes a la situación pandémica”, analiza el doctor Pablo Daponte desde la presidencia del Consejo Argentino de Oftalmología y propone acciones conjuntas para afrontar esta problemática.
MO- ¿Cómo describiría los inconvenientes que enfrentan los oftalmólogos para garantizar el regreso a la consulta?
PD- La oftalmología es una de las especialidades más golpeadas mundialmente tras la aparición del SARS-CoV-2, y la Argentina no escapa de esa complicación. Con las medidas de aislamiento dispuestas, las autoridades buscaron generar miedo para que la gente se quede en sus casas y lo lograron. Ir contra eso es bastante complejo porque ante el miedo a contagiarse, los pacientes no sólo no asisten a la consulta, sino que postergan el tratamiento de patologías complicadas como la degeneración macular relacionada con la edad o el desprendimiento de retina. Incluso los tratamientos por glaucoma se han discontinuado, tal como demuestra la baja en las ventas de los laboratorios especializados.
MO- ¿Qué acciones son necesarias para contrarrestar ese miedo?
PD- Hay que garantizar la seguridad tanto del oftalmólogo, como de sus asistentes y de los pacientes. También es primordial capacitar a la gente que nos asiste. Contener psicológicamente al equipo de trabajo para que puedan acompañar a los pacientes en estos tiempos de temor e incertidumbre. Así como comunicar a los pacientes las medidas de seguridad implementadas para que se sientan seguros de que recibirán una consulta cuidada y protegida.
MO- ¿Cómo se gestaron las medidas de bioseguridad propuestas por el CAO?
PD- Desde diciembre de 2019, la Comisión Multidisciplinaria para la Prevención de Infecciones Oculares CAO profundizó sus investigaciones, generó un continuo intercambio de conocimientos entre profesionales de distintas áreas y se nutrió de las experiencias compartidas por oftalmólogos de distintos países donde la enfermedad estaba en fases más avanzadas. Se hicieron webinars, reuniones virtuales constantes y, con todo ese bagaje de conocimiento e información, se gestaron las medidas de bioseguridad (ver Recursos imprescindibles). Teniendo en cuenta además que la seguridad no es sólo física, también es necesario reparar en el aspecto económico por eso están planteadas de manera simple y contemplando su posible adaptación a consultorios, clínicas, sanatorios, etcétera.
MO- ¿Colabora el uso de nuevos canales de atención en este proceso de recuperación de la confianza de los pacientes?
PD- Sí, son muy útiles en estos momentos para contener y cuidar a los pacientes. De hecho, el CAO ofrece a sus socios la capacitación y el acceso a plataformas virtuales para que puedan sumar la opción de teleconsulta que, por ejemplo, les permitiría evitar que pacientes crónicos discontinúen su tratamiento.
Factor económico
Una de las medidas fundamentales para garantizar una consulta segura es administrar los turnos para evitar la aglomeración de personas en las salas de espera y en los consultorios. Esta prevención genera una disminución en la cantidad de pacientes atendidos y un menor aprovechamiento de la capacidad instalada. “Es imperioso que tanto las obras sociales, como las empresas de medicina prepaga contemplen nuestra realidad y reconozcan un valor distintivo de la atención oftalmológica en virtud de la pandemia”, enfatiza Daponte.
Sin embargo, desde la Comisión de Administradores CAO, el Mgter. Lic. Juan Ibarguren asegura: “Hay una gran resistencia —incomprensible— de parte del sector denominado financiador de reconocer el incremento contundente en los costos no sólo para la oftalmología, sino para todos los prestadores el sistema de salud. El impacto de variables como la inflación, variación del tipo de cambio, actualización de paritarias del gremio de la sanidad y todo ello atravesado por el efecto o porcentaje de los impuestos considerados no posibles de ser trasladados. A la fecha, esto significa un desfasaje de más del 55% con respecto a diciembre de 2019 (cuando ya existía un retraso y distorsión de los valores relativos en oftalmología)”.
Como respuesta, el CAO profundizó el plan de acción en defensa de los intereses médico-oftalmológicos implementado desde el comienzo de la pandemia, con gestiones continuas ante obras sociales, prepagas y el Ministerio de Salud de la Nación, además de prestar soporte a las diferentes regiones que están negociando actualizaciones arancelarias. “También trabajamos permanentemente en el análisis y actualización de los costos en la especialidad. Incluso se crearon comisiones para dar seguimiento puntual en cada subespecialidad”, detalla Ibarguren.
Para el presidente del CAO, la acción es clara: “Una de las puntas de la seguridad económica en estos momentos es la unión en las negociaciones de valores de las prestadoras de salud”. En línea, Ibarguren, subraya: “El trabajo de seguir construyendo consensos dentro de la oftalmología para lograr recuperar el valor de la especialidad y garantizar los requerimientos de sustentabilidad debe continuar y será muy intenso”.
Recursos imprescindibles
En el sitio www.oftalmologos.org.ar/coronavirus están disponibles los documentos confeccionados por la Comisión Multidisciplinaria para la Prevención de Infecciones Oculares CAO: Circuito bioseguro para consultorio, quirófano, administración, maestranza y equipo quirúrgico, buenas prácticas, uso adecuado de lámparas UV, checklist, triaje para atención telefónica y recomendación para limpieza y desinfección de las salas quirúrgicas, pasos a seguir para ponerse y quitarse de forma segura el equipo de protección personal, entre otros.
Telemedicina, oportunidad para mejorar procesos y volver a crecer
Entendida como prestación remota de servicios de atención médica e información clínica para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, mediante el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), la telemedicina tomó fuerza en el marco de la pandemia.
Atento a esta realidad, el CAO ofrece el Curso de Capacitación en Telemedicina: una propuesta online, gratuita y de tan sólo 20 minutos de duración cuya aprobación habilita a los socios CAO a solicitar licencias gratuitas ofrecidas por las empresas ConsultorioMovil y Treelan.
"Administrando la nueva normalidad post COVID-19"
Bajo ese título se desarrolló el martes 11 de agosto un encuentro dentro del ciclo Clases y Charlas en Casa (CCC), para compartir visiones, discutir estrategias, conocer experiencias vividas en el tránsito de la pandemia, aislamientos preventivos y la adaptación a la nueva normalidad.
La presentación estuvo coordinada por la Lic. Sandra Pacek (CEO de Daponte Ojos, CABA) y el Mgter. Lic. Juan Manuel Ibarguren (CEO de Instituto ONNIS). Contó además con la participación de los doctores Joaquín Fernández (CEO Clínicas QVISION en grupo Hospitalario VITHAS y Patrono de Fundación Elena Barraquer, de España), Roger Zaldivar (CEO del Instituto Zaldivar, Mendoza y CABA), Lic. Diego Maldonado Junyent (gerente de Clínica de Ojos Maldonado Bas, Córdoba), Mgter. Cr. Carolina Roqué (CFO de Instituto Onnis, Córdoba), Cr. Juan Martín Bandi (gerente de Clínica de Ojos Tandil, Buenos Aires), Andrea Cigna (gerente de personal de Daponte Ojos, CABA), Lic. Ana Venero (gerente de Centro Oftalmológico, La Pampa), Lic. Alejandra Hernández (gerente de H&H) y la Dra. MBA. Victoria Ortega (gerente de Oftalmo, Córdoba).
La charla está disponible en el Canal de YouTube del CAO (www.youtube.com/CAOARG)
En primera persona
La experiencia de tres especialistas en su regreso a la atención de pacientes.
1- Dr. Luciano Perrone, Centro de Ojos Quilmes (Quilmes, Buenos Aires)
“La mayor dificultad fue cambiar casi en 180º la forma en que trabajábamos. Antes era común tener la sala de espera llena de gente, muchas cirugías programadas y eso realmente por mucho tiempo no se va a poder volver a hacer. Estamos trabajando por equipos para evitar las aglomeraciones de personal y de pacientes. Así, además, en caso que alguien se contagie, se aísla a ese equipo, pero la clínica puede seguir trabajando”.
“Al principio de la pandemia había poca demanda de turnos, mayormente los que venían eran personas jóvenes. Hoy ya estamos volviendo a la distribución habitual de población. De manera natural, los pacientes están perdiendo el miedo a salir. Nosotros tenemos que responder a esa demanda de manera segura porque eso también contribuye a que el paciente perciba que se están tomando todos los recaudos posibles para minimizar el riesgo de contagio (digo minimizar porque siempre existe riesgo)”
2- Dr. Matias Brizio, Servicio de Oftalmología del Sanatorio San Carlos (Bariloche, Río Negro)
“En Bariloche tuvimos circulación comunitaria del virus desde principios de abril y estuvimos hasta fines de mayo sin atender, solamente haciendo guardias activas. Después fuimos abriendo el sistema de turnos a cuentagotas y, actualmente (fin de agosto), estamos viendo a un paciente cada 30 minutos, sin dar sobreturnos y tratando de contemplar la urgencia, dándole prioridad a aquellos pacientes que tienen enfermedades crónicas”.
“La mayor dificultad es convivir con el virus. Saber que todos los pacientes son posibles portadores asintomáticos del virus. Desde el primer día seguimos los lineamientos del CAO que están planteados de manera clarísima, hemos atendido pacientes con COVID-19 confirmado y no nos hemos enfermado. Además, siguiendo estos lineamientos, también cuidamos a nuestros pacientes y a la comunidad”.
3- Dr. Juan Rivero, Oftalmo medicina ocular (Alta Gracia, Córdoba)
“Volver a la actividad nos generó mucho estrés. Una vez autorizados por la autoridad local a regresar, nos tomamos 15 días para preparar la infraestructura e implementar los distintos protocolos y procesos, la adaptación de los consultorios, la adquisición de los equipos de protección personal necesarios que tienen un costo altamente elevado para nuestra actividad. Sumado a eso, enfrentamos la falta de ingresos que tuvimos por el cese de la actividad, sin el apoyo de ninguna de las prepagas que sólo reconocen el pago de la consulta para las urgencias, cuando en realidad todos los pacientes deben ser considerados potenciales portadores de COVID-19”.
“Otro desafío importante fue el entrenamiento del personal en su adaptación a las medidas de bioseguridad que demanda la nueva normalidad. Es como trasladar los hábitos del quirófano al resto de la clínica, involucrando, por ejemplo, a empleados encargados de la recepción que no están formados para tomar estrictos cuidados de esterilidad”.