MO 2020.02: "Yo, en tiempos de cuarentena"

 
El 20 de marzo, el Gobierno Nacional decretó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que, al cierre de esta edición, superaba en algunas provincias los 70 días. De repente, las responsabilidades dieron paso al ocio o, cuanto menos, a un tiempo libre disponible impensado para la mayoría de los oftalmólogos. En primera persona, cuatro especialistas nos cuentan cómo aprovecharon ese bien tan preciado y cómo imaginan será el retorno a la “normalidad”.
 
Esta nota se publicó originalmente en Revista MO 2020.02 (junio 2020). Para acceder al resto de las notas de esta revista, ingrese en este enlace.

Dra. Alejandra Billagra

Médica Oftalmóloga, especialista en plástica ocular de órbita y vía lagrimal. División de Oftalmología, 1ª Cátedra de Oftalmología, Hospital de Clínicas José de San Martín.
 
 
El 16 de marzo, volviendo de Brasil, me avisaron por teléfono: “tenés que hacer cuarentena obligatoria por 15 días”. En ese momento pensé en mi trabajo: cirugías, guardia, la imposibilidad de viajar. Pero llegó el cambio y, el 20 de marzo, TODOS entramos en cuarentena. 
 
La primera semana escuché y vi todo sobre COVID 19. La segunda, empecé con el mundo de las plataformas y todos los webinars, a compartir con amigos y compañeros las charlas, hablar de un millón de cosas. Hasta que un día, en una de mis redes sociales, uno de mis profesores de fotografía planteó la posibilidad de hacer una clase libre de Photoshop básico.
 
En esta cuarentena, gracias a estas clases virtuales, redescubrí y aprendí a usar herramientas del Photoshop para mejorar las fotos e incluso crear fotos. El tiempo que es oro, también es un tirano, porque dejamos de lado lo que nos gusta hacer. Ahora lo optimizo desde el living de mi casa. 
 
En la subespecialidad que ejerzo, la fotografía es fundamental, parte de la documentación de nuestros pacientes junto a su historia clínica. Mejorar técnicas, uso de luz, hace que la foto muestre una patología, un resultado o la evolución con mucha más calidad. Además, son utilizadas para educación en presentaciones, fotografía científica, videos y publicaciones. No hay peor cosa que buscar esa foto que necesitás y que esté fuera de foco o con mala luz.
 
Aprender cosas nuevas y mejorar conocimientos que ya tenemos es algo que los médicos hacemos permanentemente, nunca terminamos de estudiar y de formarnos. Optimizar el tiempo que hoy nos sobra es fundamental, repartido en nuestra profesión y, en mi caso, poderlo implementar en la fotografía, hace que todo se sobrelleve mejor.

Dr. Marcos Geria

Médico de planta en la sección glaucoma y jefe de quirófano del Hospital de Clínicas José de San Martín. Consultorio particular en CABA.
 
 
Empecé a entrenar en bicicleta en 2012 y tres años después comencé a correr carreras. Esta es hoy la actividad deportiva que más me gusta, sobretodo porque la realizo con muchos amigos con quienes comparto entrenamientos, viajes y  competencias.
 
Previo a la cuarentena, entrenaba cuatro o seis veces por semana, según la carrera que estuviera preparando: si es un triatlón son semanas más exigentes.
 
Precisamente el hecho de tener entrenamiento en triatlón me permite rotar la actividad y adaptarla a las posibilidades que me dan el espacio físico y el momento en el que estoy. Durante esta cuarentena entrené en bicicleta fija con rodillo en casa (incluso algunas veces mientras participaba de algún Webinar), más ejercicios de fortalecimiento para corredores con mi grupo de amigos de running vía video conferencia.
 
También aproveché durante esta cuarentena, que estoy más tiempo en casa, para compartir algunos entrenamientos con mis hijos.
 

Tomás Jaeschke

Médico oftalmólogo. Director del Instituto de la Visión. Instructor de cirugía en el Hospital Lagleyze. Especialista de segmento anterior en el Hospital Austral.
 
 
La cuarentena me encontró en un momento muy peculiar de mi vida: trabajando casi 10 horas diarias y operando todos los días de la semana. El aislamiento le puso un freno a cero a mi vida laboral y me dio el 100% del tiempo para dedicarme a mi vida personal, no social: 100% personal.
 
Mi novia está embarazada así que en estos más de 50 días que llevamos de cuarentena somos ella, la panza y yo. Es casi como si llevara yo esa panza. 
 
Este tiempo para mi familia ─inimaginable hace unos meses atrás─ me permitió hacer cosas que no acostumbro como cocinar, descubrir que el “pelapapas” es excelente para pelar peras o salir muy contento a comprarme guantes tamaño 8 para lavar los platos. Pero, principalmente, pude pintar el cuarto de mi hija que está por nacer. 
 
Creo que había elegido ─o, mejor dicho, había aceptado─ la elección de mi mujer sobre la cuna, los muebles y el color del cuarto. Pero lo había hecho en piloto automático. Este tiempo me permitió tomarme casi tres días para encintar, lijar y pintar, no sin previo tutorial de Google claro está. Les tiro un tip: ¡la cinta se saca mientras la pintura está fresca! 
 
Estos grandes sucesos  hicieron que me replantee en qué invertimos el tiempo. No sé cómo ni cuándo terminarán, lo que si se es que después de estos meses nada será igual.

Dr. Arturo Maldonado Junyent

Médico cirujano especialista en oftalmología. Sub-especialidad: Córnea, Catarata y Glaucoma. Clínica de Ojos Maldonado Bas.
 
 
La afición por la cocina viene de familia. Mis abuelas era grandes cocineras y mi padre es un gran asador. Precisamente allí, en la parrilla, es donde comencé a realizar mis primeros pasos en esta gran pasión. Luego fui adquiriendo algunos libros, a realizar algunos cursos, hasta que con mi hermana hicimos la carrera de chef. Más tarde realicé un master en gastronomía para profundizar más aún en este camino.
 
Es una actividad que te permite mucha creatividad. Te relaja y limpia la cabeza de las preocupaciones y del estrés de la vida diaria. Tener contacto con la materia prima. Divertirse. Compartir con la gente que uno quiere y complacerse cuando ellos disfrutan lo que uno hace es inigualable.
 
En situaciones normales le dedico menos tiempo del que me gustaría. Pero durante los fines de semanas y cuando hay algún espacio libre, disfrutó cocinar para mi familia, amigos y gente que me rodea.
 
En esta cuarentena preparé muchos platos para la familia, en especial para mis hijos, como pan lactal, galletitas con chips de chocolates, garrapiñadas y hamburguesas caseras (pan casero, todo hecho en casa).
 
Habitualmente, mis amigos me consultan cuestiones culinarias y durante la cuarentena, más aún, porque cociné mucho y subí las recetas de mis preparaciones a mi cuenta en Instagram: @mi.carta.de.cocina.
 
Sin dudas, cuando termine la cuarentena voy a extrañar cocinar tan seguido. Pero lo que más voy a extrañar es compartir mucho tiempo con mi familia: algo que el ritmo habitual de nuestra profesión no nos permite.
 

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