Curiosidades de la Biblioteca V

El misterio de la retinitis foveomacular en Pearl Harbor

Por Jorge Martins

Corría el año 1941 cuando el capitán de Corbeta Charles, Ray Lees -médico de la marina de EEUU- revistaba en la zona de combate del Pacífico, específicamente en Pearl Harbor. Lees quedó impresionado por la gran cantidad de lesiones maculares que encontraba en el personal, que aparecían en niveles muy superiores a los que veía en la práctica civil. Desde otros hospitales navales de la zona del pacífico, otros médicos reportaban también gran cantidad de casos. Lees vio entre 250 y 300 casos entre 1941 y 1943, y sus colegas otros tantos. Fue así que decidieron formar una comisión médica compuesta por oftalmógos navales para evaluar esta enfermedad. Se publicó luego un artículo titulado “Un tipo de retinitis foveo-macular observada en la marina de EEUU” (Am J Ophthalmol, 1944; 27 (8):803-816). Dentro de las conclusiones, se afirmaba que la edad promedio de los afectados era de 23 años, las lesiones primariamente se limitaban a la fóvea y comenzaban con un edema macular y posteriormente desarrollaban un agujero o un quiste. Concluyeron que, clínicamente, se asemejaba mucho a la retinopatía serosa central, nombre propuesto por el famoso oftalmólogo Duke Elder, y al final afirmaron que “las causas no han sido establecidas”.

La primera descripción de la enfermedad la realizó Von Graefe en el año 1866 y tuvo a lo largo de los años muchos nombres diferentes. En el año 1929, un oftalmólogo alemán llamado Horniker asoció esta dolencia con factores psicológicos, llamándola “retinitis angioneurótica”. En años posteriores, dos especialistas en retina como Lawrence Yanuzzi y Donald Gass sugirieron que los factores de personalidad y el estrés jugaban un rol muy importante como factores predisponentes, aunque reconocieron que la etiopatogénesis era multicausal. Diferentes estudios epidemiológicos han identificado algunos factores de riesgo como ser: sexo masculino, stress psicológico, personalidad tipo A y empleo de medicación corticosteroide, aunque solo se confirmaron estadísticamente el uso sistémico de corticoides y la hipertensión no tratada.

En el año 2000, otromédico alemán retomó los aspectos psicosomáticos de esta entidad y se aventuró un poco más publicando un artículo titulado ¿es la retinopatía serosa central la úlcera gástrica de la oftalmología?

Pese a los avances actuales de la medicina, la retinopatía serosa central continúa siendo una enfermedad cuyas causas últimas son desconocidas. Es muy probable que la extraña “epidemia” que se produjo durante la Segunda Guerra Mundial haya estado relacionada con el estrés típico del soldado en zona de combate, aunque aún sigue siendo un misterio sin resolver.

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